Justino mártir. San
            [922]

 
   
 

    Filósofo y teólogo cristiano. Fue uno de los primeros apologistas de la Iglesia que quiso reconciliar la doctrina cristiana con la cultura pagana. Nació en Flavia Neápolis (hoy Nablus, en Palestina). Era una ciudad romana construida en el lugar donde estaba la antigua Siquem, en Samaria. 
   Sus padres fueron paganos y le for­maron con esmero en el contexto de la filosofía griega imperante. Es especial, desarrolló sus conceptos en clave de Platón y de los filósofos estoicos. Ejerció como filósofo, es decir como docente y escritor.  Estudió la Biblia y conoció a los cristianos. Desde su Bautismo, se dedicó a difundir, a través de sus enseñanzas y escritos, todo lo que había descubierto en la Sagrada Escritura. Tal vez se orde­nó sacerdote, pero siguió, ya cristia­no, con su profesión de filósofo, ahora cristiano.
   Se negó pronto al cumplimiento de ley romana de ofrecer sacrificio públicos, por supuesto a los dioses paganos, según los edictos urgidos por el Emperador Marco Aurelio Antonino y por ello, ante la denuncia del Filósofo cínico Crescente, fue decapitado, tal vez el año 165.
   Los libros que se le atribuyen con certeza son dos "Apologías para los cristianos", donde hace una hermosa defensa erudita de los cristianos, acusados por los paganos de ateos y enemigos del Estado. Tal vez la obra más hermosa y personal sea el "Diálogo con Trifón el judío", que recoge una discusión real en Éfeso.
   Son escritos valiosos por la información que proporcionan sobre la Iglesia cristiana del siglo II.  Y el testimonio de su martirio es la mejor de sus enseñanzas. En las "Actas" del martirio, que se conservan, ante la pregunta del prefecto:"

Y tú, ¿que te dices, filósofo? ¿te atreves a decir que, si te corto la cabeza, resucitarás y subirás al cielo?"

-   "No es que lo imagine, le respondió el mártir, sino que lo sé con absoluta y total certeza".   (Ver Patrística. Y ver Catecumenado)